Incluso más importante que unas buenas luces para nuestra bici (por ejemplo, un Bike Pixel 😉 ), el casco debería ser la medida de seguridad básica cuando estamos montando en bicicleta. Esto es especialmente cierto en los desplazamientos urbanos o de ocio. En estos casos las velocidades son menores (incluyendo la nuestra y la del resto de vehículos que nos rodean). Por tanto, en caso de accidente, la energía de los impactos es mucho menor. Por otro lado, el casco puede ser menos útil en la carretera. Es allí donde los demás vehículos (coches, camiones o trenes) van a velocidades superiores a los 90 km/h. En cualquier caso, ponte el casco ya que siempre reduce la mortalidad y la morbilidad de los traumatismos.